¿ADICTO YO? ¿AL CHOCOLATE?





A todos, y en especial a los que amamos tanto el chocolate, nos ha ocurrido alguna vez que tras períodos en los que lo hemos consumido en exceso y dejado de tomar de repente , hayamos sufrido algo así como síndrome de abstinencia.
Es decir, hayamos sufrido un deseo incontrolable de comerlo, necesitándolo como si de una droga se tratara.

La razón por la que ocurre esto es muy sencilla, no hay que alarmarse. El triptófano que contiene, que es un componente adictivo, es precursor de la serotonina también conocida como la hormona de la felicidad y la disminución del triptófano de pronto puede provocar este síndrome, sobre todo si su consumo ha sido excesivo previamente.
Podríamos definir a la serotonina como un neurotransmisor del placer que interactúa además con la dopamina almacenada en grupos de células de nuestro cerebro, así que el chocolate tendría la capacidad de estimular los dopaminas del mismo. De ahí esa sensación de extremo placer y felicidad cuando lo consumimos.

Otras sustancias adictivas que encontramos en el chocolate son la teobromina y la cafeína, es por ello que hay que prestar especial atención cuando sintamos que nuestro deseo de tomarlo va más allá y se está convirtiendo en una verdadera adicción, un verdadero vicio. Porque, si bien es cierto que en el cacao podemos encontrar muchos beneficios , su presentación comercial contiene a menudo demasiadas grasas saturadas y azúcares que lo convierten en un alimento menos recomendable y cuyo consumo excesivo podría redundar en un perjuicio para nuestra salud.

En resumidas cuentas, ¿comerlo o no comerlo? Sí, por supuesto que sí, pero tomarlo como lo que es, un capricho ocasional del que disfrutemos sin perder de vista que debemos de seguir siempre una dieta equilibrada y sana.

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