El árbol del cacao, cuyo nombre científico es Theobroma cacao, es una planta que requiere de humedad, calor y sombra para poder crecer. Se cree que su origen se encuentra en América del Sur, aunque su cultivo se extiende a numerosas zonas tropicales e, incluso, a África.
De sus frutos se extraen las habas del cacao con las que se elaborarán el chocolate.
El proceso es el siguiente:

Después, se dejan secar para ser exportadas y comenzar con el proceso de transformación en chocolate. Esta fermentación es muy importante, ya que de ella dependerá la calidad del grano y el sabor y aroma que desarrolle posteriormente.
Ahora comenzaría el proceso de limpieza y del tueste. Se tuestan las habas lentamente a diferentes temperaturas y se dejan enfriar, para luego triturarlas y descascarillarlas.
Una vez terminado el paso anterior se muelen las habas trituradas con lo que se obtendrá la manteca de cacao y una pasta muy concentrada, la pasta de cacao.
Se sigue presionando y se extrae más manteca de cacao, que se puede moler a su vez hasta conseguir cacao en polvo.
El proceso final consiste en someter la pasta de cacao a altas temperaturas, durante varias horas o días, en el cual el sabor se va mejorando y donde se pueden añadir ya diferentes sabores o aromas como el de la vainilla que es el más común.
Por último, se dejará enfriar al chocolate resultante para poder darle forma.